miércoles, 14 de octubre de 2009

MURAL EN LA COLECTIVIDAD LITUANA




En abril del 2001, la colectividad Lituana NÉMUNAS de la ciudad de Berisso, situada en avenida Montevideo entre 17 y 18, me solicitó hacer un mural en el frente del edificio que representara la identidad de los inmigrantes lituanos que habían llegado dejando un legado cultural muy rico.
Para entonces yo estaba un poco cansado de las técnicas de pintura convencional por su pobre duración al interperie, lo que me ocasionaba tener que estar arreglando los murales frecuentemente y no dar abasto por el número de obras mías realizadas en Berisso.
Es por esto que ofrecí a los miembros de la colectividad realizar un mural en técnica de esgrafiado. La misma llevada por mi a Berisso en el año 2000, había creado un impacto importante en la comunidad que ya se estaban acostumbrando a los murales pintados o con incrustaciones cerámicas.
Me reuní con las autoridades que además me brindaron mucha información sobre la historia de Lituania, sus costumbres, sus trajes, instrumentos musicales, etc.
El trabajo en el mural fue muy arduo, trabajé como albañil horas y luego como muralista y conté con la ayuda de dos amigas: Karina Ankudowicz y Cristina Natale.
El mural realizado, cuenta con un a superficie de 15 metros cuadrados.



detalle de la técnica empleada.

Entre los datos aportados por las autoridades de la colectividad Lituana, hubo una historia contada acerca de un sitio en Lituania llamado "LA MONTAÑA DE LAS CRUCES", que me pareció muy oportuno contarla en el mural.
Parece ser que en la època de la ocupación Soviética, los comunistas prohibieron el uso de crucifijos y objetos de culto, obligando a los lituanos a desprenderse de ellos y dejarlos en un sitio determinado.
El pueblo de Lituania que es muy creyente acató la orden de los Rusos y estos, retiraron con sus topadoras una montaña de crucifijos.
Los Soviéticos, pensaron que con esto se acabaría el culto religioso y se sometería mas aún al pueblo al despojarlo de su cultura, pero se equivocaron.
Día a día los Lituanos dejaban sus cruces en el sito, creando una montaña o sitio invadido de elementos de culto.
Los Rusos no dieron abasto tratando de retirarlos y el sitio siempre estaba repleto.
Me interesó mucho esta historia ya que este lugar La Montaña de las Cruces, es para mí el símbolo por excelencia de la resistencia del pueblo Lituano, un pueblo con una profunda fé y sentido de su cultura y sus raíces.



Ahora volviendo al mural, si nos acercamos al mismo, podemos ver como figura central, el ícono por excelencia de la cultura de Lituania, "La Madre, su Hijo y la Rueca".
La figura de la madre sentada en la rueca, leyendo a su hijo, es la mas clara representación de la cultura Lituana, debido que en la antiguedad, era la madre, la que educaba a los hijos y la transmisora de los apectos de la cultura de ese pueblo.
La rueca, representa el interminable siclo de la vida y refuerza este significado del siempre presente rol de la mujer en la cultura.






A la izquierda del mural, se puede observar la figura de un hombre, vestido con su traje típico tocando un pequeño acordeón. Esto lo puse porque muchos instrumentos musicales fueron traídos por los inmigrantes y formaron parte de lo que hoy es nuestra música ciudadana.



El hombre esta parado en un sitio de casas de chapa y calles empedradas, típica característica de la construcción Berisense, ya que fueron este tipo de casas las construídas por los inmigrantes en Berisso.



A la derecha de la madre, se observan campos de trigo y un río, el NÉMUNAS, nombre de la institución que recuerda este curso hidrográfico tan importante de Lituania.
Al extremo derecho se puede ver la figuar de una niña que baila con su traje típico y que sostiene la flor de la Ruda, un vegetal muy característico de ese país.
Por otro lado la niña baila.
He tenido la oportunidad de ser invitado por esta colectividad a presenciar las danzas típicas y puedo decir que es una de las mas complejas y alegres de todas las danzas que he visto.
Sus trajes, sus bordados, todo es muy alegre.
Hoy este mural puede verse perfectamente conservado, ya que no utilicé pincel alguno sino que fue todo tallado a cuchillo.
Un esfuerzo enorme pero que sí valió la pena.
Llevo conmigo el recuerdo de la buena gente del Nemunas, de su sentido de responsabilidad y proligidad.